Venezuela. Fernando Travieso:
Los Rothschild-Rockefeller financian guerra contra Venezuela.
Fernando Travieso en la sesión de la Asamblea Constituyente 29 agosto 2017. En la sesión, se discutió y aprobó un decreto rechazando las sanciones que el gobierno de Estados Unidos aprobó contra Venezuela.
Aunque las investigaciones para desarrollar energías alternativas y limpias avanzan a buen ritmo en todo el mundo y ya se trabaja en varios casos en hacer comercialmente viables nuevos combustibles, la humanidad seguirá dependiendo del petróleo aún por muchos años más.
Aunque las investigaciones para desarrollar
energías alternativas y limpias avanzan a buen ritmo en todo el mundo y
ya se trabaja en varios casos en hacer comercialmente viables nuevos
combustibles, la humanidad seguirá dependiendo del petróleo aún por
muchos años más.
La razón: el petróleo no sólo es gasolina y el acpm. En la vida
cotidiana, en todo el mundo se usan los derivados del petróleo para
producir telas, hilos, alfombras, muebles modulares, cepillos de
dientes, medias veladas y hasta en el labial que usan las mujeres.
Y es que son más de 3.000 los productos de uso diario que se obtienen
del petróleo. Por ejemplo, los plásticos, el aceite para bebé, el
asfalto, las tintas y los jabones son derivados del petróleo. Incluso,
el crudo es materia prima para la elaboración de aceros, entre otros
productos.
Por eso si bien el medio ambiente es el gran ganador cuando el mundo
deje de usar combustibles derivados del petróleo, a la humanidad le
faltará le faltarán muchos años antes de poder decir que no seguirá
usando ese recurso.
Los investigadores van por partes. Por ahora, los mayores avances se
han dado en el uso de energías limpias para electricidad y para
combustibles. Sin embargo, entre los dos no alcanzan aún a ser el 10 por
ciento de la energía usada en el mundo.
Actualmente, el petróleo satisface el 40 por ciento del consumo
mundial de energía primaria, seguido por el carbón y el gas natural con
participaciones de 27 y 23 por ciento, respectivamente, lo que indica
que más del 60 por ciento del consumo mundial de energía primaria se
satisface con hidrocarburos (petróleo y gas) y alrededor del 90 por
ciento con combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón).
Hacia el futuro, una pregunta clave es si el
petróleo puede mantener el papel que cumplió el siglo pasado. Una
respuesta aproximada la da el Instituto de los Recursos Mundiales, según
el cual la producción y el consumo de combustibles fósiles siguen en
aumento en casi todas partes del mundo.
Además, en la actualidad se estima que las reservas comprobadas de
petróleo pueden durar los próximo 40 años, según un informe del grupo
BBVA que se realizó con el apoyo de la British Petroleum. En el caso del
gas natural se calcula que hoy existen reservas suficientes para los
próximos 60 años y en cuanto al carbón las reservas del mineral alcanzan
para los próximos 230 años.
Hay que aclarar que los informes internacionales, si bien son actuales
no alcanzan a incluir los más recientes anuncios de Arabia Saudita que
acaba de descubrir yacimientos de petróleos más grandes que los que
actualmente posee. También se calcula que en Alaska hay un volumen de
reservas igual o superior al que tiene actualmente Estados unidos.
De otra parte, en las dos próximas décadas, la India proyecta
triplicar y China duplicar la utilización de carbón para consumo de
electricidad. Y en un esfuerzo para reducir las emisiones de gases que
producen el denominado efecto invernadero , algunos países optan
actualmente por el gas natural, que desde el punto de vista económico es
competitivo con respecto al petróleo y al carbón.
Varios informes de agencias internacionales señalan que el consumo de
gas natural produce también dióxido de carbono (aunque menos que el
carbón o el petróleo) y, por otra parte, los escapes de metano durante
la extracción, traslado y distribución de gas natural representan en su
conjunto entre el 5 y el 10 por ciento.
Las centrales nucleares aportan ya alrededor del 17 por ciento del
total de la electricidad en el mundo. Prácticamente no producen
emisiones de dióxido de carbono (CO2), dióxido de azufre (SO2) ni óxido
de nitrógeno (NO2).
Al menos cinco países, entre los que se encuentran Francia, Suecia y
Bélgica, obtienen más del 50 por ciento de sus suministros totales de
electricidad de la energía nucleoeléctrica. Otros diez países, incluidos
España, Finlandia, el Japón, la República de Corea y Suiza, producen en
centrales nucleares el 30 por ciento o más de sus suministros totales.
Además, un gran número de naciones en desarrollo, incluidas la
Argentina, el Brasil, China, la India, México y el Pakistán, tienen
centrales nucleares en servicio. Actualmente hay en el mundo más de 430
reactores en funcionamiento que producen aproximadamente tanta
electricidad como la que proviene de la energía hidroeléctrica.
Venezuela acaba de anunciar su intención de desarrollar
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