Más de 300 cuerpos en
el trayecto a la cima del monte Everest de personas que por una razón u otra
quedaron en el camino y en la historia
Debido a su extrema
altitud y condiciones climáticas impredecibles, escalar el Everest es una tarea
extrema. A lo largo de las décadas, muchos montañistas han perdido la vida, y
sus cuerpos han quedado atrapados en las laderas, a menudo congelados en el permafrost
El Everest presenta numerosos peligros como avalanchas, grietas, caídas,
mal de altura agudo, y congelación extrema. Estos peligros pueden resultar en
accidentes fatales, y en algunos casos, los equipos de rescate no pueden
acceder a los cuerpos, dejándolos en su lugar original
La presencia de cadáveres en el Everest plantea cuestiones éticas y prácticas. Algunos miembros de la comunidad montañista consideran que mover los cuerpos sería una falta de respeto hacia quienes perdieron la vida en el proceso de alcanzar sus sueños de conquistar la montaña.
Una de las historias más
conocidas es la del escalador indio Tsewang Paljor, quien falleció en 1996 en
un trágico suceso. Se ganó el apodo "Botas Verdes". Su cuerpo ha sido
un marcador a lo largo de una ruta popular hacia la cima. Muchos lo usan como
marcador mientras suben.
Otro caso icónico es el de Francys Arsentiev, la primera mujer
estadounidense en escalar el Everest sin oxígeno adicional. Trágicamente, en
1998, ella y su esposo alcanzaron la cima, pero durante el descenso
Francys se vio envuelta en una tragedia que dejó
a su esposo luchando por salvarla, pero finalmente tuvo que abandonarla.
Durante años, su cuerpo permaneció a la vista a lo largo de una ruta popular,
hasta que finalmente desapareció en 2007.
En 1979, Hannelore Schmatz, una alpinista alemana, logró alcanzar la cima del Everest, pero lamentablemente falleció durante el descenso.
Su cuerpo fue visto por varios montañistas durante décadas, convirtiéndose en un punto de referencia para la ruta hacia la cima. A pesar de los intentos de rescate, su cadáver permaneció en la ladera de la montaña hasta que finalmente desapareció en 2006.
En 2006, el escalador británico David Sharp falleció en el Everest. Su caso generó controversia, ya que muchos alpinistas pasaron junto a él mientras estaba en una situación crítica, aparentemente sin brindarle ayuda.
Este incidente reavivó el debate sobre la ética y el sentido de responsabilidad en situaciones de emergencia en la montaña.
En 1996, dos renombrados guías de montaña, Rob Hall y Scott Fischer, lamentablemente fallecieron en lo que se conoció como el "Desastre del Everest de 1996".
Este evento trágico es uno de los sucesos más ampliamente documentados en la historia del alpinismo. Tanto Hall como Fischer perdieron la vida en una serie de eventos que involucraron mal tiempo, desafíos logísticos y decisiones difíciles. (Cuerpo de Rob Hall)
En 2007, el cadáver de Tsewang Samanla, un guía de montaña veterano de India, fue descubierto en el Everest años después de su desaparición. Su historia se convirtió en un ejemplo del peligro, así como en un recordatorio de las dificultades que enfrentan los alpinistas.
La desaparición de Andrew Irvine y George Mallory en 1924 liderando una expedición para escalar el Everest se destacó durante décadas
El cuerpo de Andrew
Irvine fue encontrado en 1933, y el de George, no fue encontrado hasta 1999, 75
años después
Al momento el Everest se
ha cobrado un total de 322 víctimas, y lamentablemente este número va a seguir
creciendo
Estos relatos sirven para
impulsar cambios significativos en las prácticas de escalada y seguridad en el
Everest, así como en la redacción de protocolos para futuras expediciones.
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