jueves, 29 de agosto de 2019

IVAN MARQUEZ ANUNCIA QUE LAS FARC RETOMAN LA LUCHA ARMADA EN COLOMBIA

Fuente RT: Publicado: 29 ago 2019 09:39 GMT | Última actualización: 29 ago 2019 15:20 GMT

El guerrillero, que había participado en las negociaciones de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos, anunció este jueves que ha iniciado la "nueva Marquetalia", en referencia al lugar de nacimiento del grupo armado hace medio siglo. 

El disidente y prófugo de la Justicia Iván Márquez informó este jueves que una parte de los excombatientes desmovilizados por el acuerdo de paz, firmado en 2016 con el Gobierno de Colombia, se han reagrupado para tomar las armas y continuar "la lucha guerrillera".

"La rebelión no es una bandera derrotada ni vencida", dijo Márquez en un video divulgado en redes sociales en el que aparece junto a hombres y mujeres armados con fusiles, entre los que se encontraban Seuxis Paucias Hernández Solarte, conocido como 'Jesús Santrich'. "Buscaremos coordinar esfuerzos con la guerrilla del ELN y con aquellos compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas", agregó.

Ante este anuncio, Rodrigo Londoño, alias 'Timochenko', líder de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), partido político formado por exmiembros de las  Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), manifestó que la mayor parte de los excombatientes apoya el acuerdo de paz firmado con el Gobierno del país en 2016.
"Las grandes mayorías seguimos comprometidas con lo acordado, aún con todas las dificultades o peligros que se avizoran, estamos con la paz", escribió en su cuenta de Twitter.

Por su parte, el expresidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cuyo Gobierno estuvo al frente del proceso de diálogo con el grupo armado, señaló que si bien el Estado debe cumplir los acuerdos de paz vigentes con los exguerrilleros de las FARC, debe reprimir a los grupos disidentes que retomen la lucha armada.

 El entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el exlíder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, después de firmar el acuerdo de paz en Bogotá, Colombia, 24 de noviembre de 2016. / Jaime Saldarriaga / Reuters

 "El 90 % de las FARC sigue en el proceso de paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con toda contundencia. La batalla por la paz no se detiene", dijo el exmandatario colombiano a través de su cuenta de Twitter.

"No hay condiciones para la paz"

El periodista internacional José Manzaneda, en entrevista con RT, expresó que la decisión de Márquez y el grupo de excombatientes "viene a demostrar que no hay condiciones para la paz y para el juego verdaderamente democrático y la inclusión de las disidencias de izquierda en Colombia".

Manzaneda indicó que la alianza de este grupo disidente con otras guerrillas como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otras organizaciones irregulares "podrían prever unas formas de lucha armada distintas" a las conocidas hasta ahora. "Veremos cómo se presenta el escenario".

"Trabajando desde abajo"

En un extenso comunicado, el ahora líder de las disidencias dijo que retomarán las armas con miras "a la paz cierta, no traicionada". "Estamos trabajando desde abajo y con los de abajo por el cambio político y social", indicó Márquez, quien dejó de comparecer ante los mecanismos establecidos tras la firma del pacto con el Gobierno de Juan Manuel Santos.

 Miembros del 51 Frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) caminan en la Cordillera Oriental, en Colombia, el 16 de agosto de 2016. / John Vizcaino / Reuters

El guerrillero, sobre quien pesa una orden de captura, advirtió que la nueva insurgencia no seguirá "operando en las profundidades de la selva" y agregó que el objetivo del grupo armado es "la oligarquía excluyente y corrupta".

El pronunciamiento llega a pocos días que se cumplan dos años del nacimiento del Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el partido fundado por los exlíderes de la guerrilla desmovilizada.

Mensaje a policías y militares

Uno de los puntos en los que insistió Márquez fue en su mensaje a los policías y militares en Colombia que "no quieren seguir siendo utilizados por políticos dementes como gatillo de los falsos positivos". Aseguró que no serán objetivo de la agrupación guerrillera, pero advirtió que responderán ante cualquier "ofensiva".

Otra de las políticas que, según Márquez, dejarán de practicarse en las filas de la guerrilla reagrupada serán los secuestros: "Desmarque total de las retenciones con fines económicos, priorizaremos el diálogo con empresarios, ganaderos, comerciantes y la gente pudiente del país, para buscar por esa vía su contribución al progreso de las comunidades rurales y urbanas", sostuvo

 Captura de pantalla del video donde el excomandante de las FARC Iván Márquez, al lado de Jesús Santrich, anuncia la retoma de las armas. / AFP

En junio pasado, Márquez fue despojado de su investidura como congresista y la Jurisdicción Especial para la Paz abrió un incidente de verificación de incumplimiento. Caso similar ocurrió con Santrich, quien se ausentó del mecanismo de justicia transicional ante el tribunal que lo citaba por un caso de retención ilegal de personas; el 11 de julio se emitió la circular roja de Interpol en su contra.

En una entrevista con Efe, Rodrigo Londoño, actual presidente del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), dijo que tanto 'Santrich' como el excombatiente Iván Márquez quedaron a un lado del "carro de la historia de la construcción de la paz de Colombia" por su deslinde del acuerdo de paz.

"Nos obligaron a regresar al monte"

Márquez, quien ahora lidera esa fracción de la disidencia, hizo un recuento histórico de las "traiciones" que, a su juicio, la "oligarquía colombiana" ha hecho a los procesos revolucionarios para concluir que "desde el desarme ingenuo de la guerrilla a cambio de nada, no cesa la matazón".

"En dos años, más de 500 líderes y lideresas del movimiento social han sido asesinados, y ya suman 150 los guerrilleros muertos en medio de la indiferencia y la indolencia del Estado", apuntó el ahora combatiente, quien acusó al Gobierno de incumplir con sus obligaciones para garantizar el derecho a la vida de la población y evitar los asesinatos por razones políticas.

También señaló al Ejecutivo de modificar unilateralmente el texto del acuerdo, de hacer "montajes judiciales" y promover la "inseguridad jurídica" de los excombatientes: "Nos obligaron a regresar al monte (...) fuimos obligados a retomar las armas", dijo.

"El expresidente Santos juró con importada voz de Nobel de paz que no cambiaría ni una sola coma de lo pactado (...), pero ni siquiera se atrevió a titular tierras a los campesinos que han vivido en ellas por décadas", aseveró el guerrillero, tras hacer una enumeración de lo que considera incumplimientos por parte del Gobierno anterior y el actual, presidido por Iván Duque.

Márquez criticó la postura de Duque, quien ha amagado con hacer modificaciones al pacto porque su Administración no tuvo responsabilidad en la negociación, "desconociendo así que el acuerdo se firmó con el Estado y no con un Gobierno".

Para el guerrillero, el único propósito del acuerdo de paz era que las FARC entregaran las armas para después desconocer sus preceptos, lo que a su criterio quedó en evidencia desde que el Gobierno de Santos convocó un plebiscito "improcedente". "Pareciera que más que blindar la paz, lo que quería Santos era derrotar a Uribe".

 John Vizcaino / Reuters

Por esa razón, aseguró que la solución para el conflicto es la instalación de "un nuevo Gobierno" en el Palacio de Nariño, que convoque "a un nuevo diálogo de paz" y involucre "a las fuerzas guerrilleras y a todos los actores armados". 

Dos años del 'fin de la guerra'

A finales de junio de 2017, el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, declaró el fin del conflicto en el país suramericano con la entrega de las armas en poder de las FARC. El protocolo era el colofón de un proceso que contaría con la verificación de Naciones Unidas. El exmandatario sentenció en esa oportunidad: "la paz es real y es irreversible".

En septiembre de ese mismo año, las FARC dieron un paso que pareció la consolidación de la paz, al convertirse en partido político. La agrupación tomó sus mismas siglas insurgentes pero con un significado diferente: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. 

Sin embargo, los desencuentros que surgieron entre el Gobierno y algunos líderes de las FARC sobre la implementación del acuerdo, los escollos judiciales para permitir que lo pactado tuviera rango constitucional y el asesinato de exguerrilleros en algunas zonas del país, empezaron a minar la confianza y afloraron las grietas dentro de las antigua organización insurgente.

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