Alan García, en una
imagen de archivo. / Reuters
El exmandatario, investigado por
delitos de corrupción, fue ingresado con vida en un hospital de Lima en estado
muy grave. Los médicos no pudieron recuperarle tras sufrir tres paradas
cardiorespiratorias
El exmandatario, investigado por delitos de corrupción, fue ingresado con vida en un hospital de Lima en estado muy grave. Los médicos no pudieron recuperarle tras sufrir tres paradas cardiorespiratorias
Alan García se pegó un tiro en la cabeza este
miércoles en su domicilio de Lima en el momento en que iba a ser
detenido por orden judicial que le investiga por supuestos delitos de
corrupción vinculados al 'caso Odebrecht'. Su estado es «muy grave»,
informó la ministra de Salud, Zulema Tomas, que explicó que García está
siendo operado y ha sido reanimado después de sufrir tres paros
cardio-respiratorios.
Según
el director del hospital Casimiro Ulloa de Lima, Enrique Gutiérrez, el
exgobernante presenta un disparo de arma de fuego en el cráneo «con
orificio de entrada y salida» y que todos los médicos del Casimiro
Ulloa, en el distrito limeño de Miraflores, participaron en la operación para salvar su vida sin conseguirlo.
El
suceso se produjo cuando agentes de la División de Investigación de
Delitos de Alta Complejidad acudieron sobre las 6:30 horas a la vivienda
de García en el barrio limeño de Miraflores para cumplir la orden de
prisión preliminar dictada poco antes por la Fiscalía.
De
acuerdo con los medios peruanos, al llegar los agentes García ha pedido
un momento para llamar a su abogado, se ha trasladado a su habitación y
allí se ha disparado en el lateral derecho del cráneo. Su abogado,
Erasmo Reyna, ha confirmado que «tomó la decisión de dispararse».
Junto
a García, también se ordenó la detención de Luis Nava, secretario
presidencial bajo el gobierno del líder del partido aprista, y Miguel
Atala, ambos estrechos colaboradores del expresidente y señalados como
sus testaferros.
Nuevos informes
La
situación legal de García se complicó después de que el pasado domingo
se difundiera que la empresa Odebrecht, en el marco del acuerdo de
colaboración que mantiene con la justicia peruana, revelara que Nava, y
su hijo José Antonio Nava, recibieron cuatro millones de dólares de la
empresa para lograr el contrato de construcción de la línea 1 del Metro
de Lima.
El
expresidente siempre ha defendido su inocencia y el martes reiteró esta
postura en un mensaje publicado en Twitter: «Como en ningún documento
se me menciona y ningún indicio ni evidencia me alcanza, sólo les queda
la especulación o inventar intermediarios. Jamás me vendí y está
probado».
García
gobernó Perú en dos mandatos, de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011, y en los
últimos años ha hecho frente a las acusaciones vertidas contra él por
presunta corrupción. En noviembre, solicitó asilo sin éxito a Uruguay
tras refugiarse en la Embajada uruguaya en Lima.