miércoles, 25 de julio de 2018

La gente va despertando y usa las redes sociales, ya no creen en los medios

Muchos dirán que, en todo caso, las noticias siempre han sido mentira, pero este fenómeno quizás merece una reflexión que vaya un poco más allá.


Desde siempre se han publicado noticias falsas. Desde siempre. La diferencia es que con internet ahora se han sistematizado.

Las noticias falsas sólo tienen dos orígenes: un error del periodista, que con posterioridad puede y debe reconocerse, o como fruto de la malicia, la peor de las armas que puede utilizar un informador.

Los malvados de la información han tardado años en apercibirse del daño que podían causar si se dedicaban sistemáticamente a escribir falsedades sobre sus adversarios. Esa sistematización de la maldad nos ha llevado a las fake news.

Pocas veces se ha explicado tan bien en qué consiste una cadena de fake news como en la última temporada de la serie Homeland. Un malvado director de la CIA y un informador corrupto crean una redacción secreta en las afueras de Washington DC con un par de centenares de expertos web. Se trata de una factoría de fake news para destrozar políticamente a la presidenta electa.

Esa redacción del mal se dedica a fabricar rumores, noticias falsas, manipular vídeos, y con millones de cuentas anónimas de Twitter y valiéndose de YouTube y Facebook se dedican a calumniar impunemente a la víctima.

Fue chocante la escasa polémica que levantó la noticia de que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, reconociera que había pagado a un informador 300.000 euros para que este colgara en internet noticias que tenían como objetivo presionar a entrenadores de su propio equipo y también a los árbitros. Quizá no hubo polémica porque todas las noticias eran veraces…

Las fake news son un cáncer social y luchar contra ellas es difícil. En un momento en que las pantallas acaparan la atención constante de miles de millones de personas, hay que luchar sobre todo para que estas no permanezcan eternamente colgadas en la red para regocijo de los maliciosos.

Prohibir tuits anónimos parece ser una vía rápida para evitar linchamientos, otra vía sería que Google eliminara las noticias maliciosas después de analizar las denuncias y no sólo teniendo en cuenta la autorización del pecador para que una fake new sea descolgada. 

Las redes sociales son redes humanas y en ellas se vuelcan todas nuestras miserias. Hay que regularlas como se ha hecho siempre en el mundo de la prensa. Escuchando las partes y tomando decisiones judiciales. Pero eso hoy en día parece imposible.





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