En la imagen se observa a un niño bañándose en el río con dos jaguares, incluso parece que uno de los felinos lo está abrazando mientras que el otro mira a la cámara
Recientemente en redes sociales ha circulado la imagen de un niño bañándose y jugando con dos jaguares, la fotografía se ha hecho viral y ante tan inusual situación muchas personas han comentado que la imagen es falsa y ha sido editada con algún programa, sin embargo la foto es real y retrata un momento que el niño suele vivir constantemente.
El menor que sale en la foto es Tiago Silveira, y aunque parezca algo extraño, desde que era apenas un bebé ha convivido con estos enormes felinos, ya que sus dos padres son biólogos y lo han mantenido cerca de varios animales salvajes.
Por su parte, respecto a la foto Tiago expreso que: “A muchas otras personas les gusta y quieren conocer a los jaguares. Es bueno mostrar algo de mi experiencia a quienes no han tenido tanta suerte como yo”
Los
padres de Tiago ayudan a la coordinación de una reserva de 50 hectáreas, donde
viven varios animales salvajes y no se permite la entrada a visitantes, sin
embargo ellos son expertos en los felinos.
Incluso algunos de estos
jaguares crecieron con Tiago y se hicieron amigos, los padres del menor
indicaron que “Es parte de su vida cotidiana, no hay nada extraño en esto” por
lo que el niño no corrió peligro mientras se tomó la foto.
Los padres
de Tiago, Leandro Silveira y Anah Jacomo son biólogos que coordinan el
Instituto Jaguar de Brasil (IOP, por sus siglas en portugués) en el estado de
Goiás, en el centro del país sudamericano.
Su principal objetivo es estudiar y preservar
al felino más grande del continente americano.
"Mi hijo nació en un ambiente con jaguares y
aprendió a lidiar con ellos desde que era un bebé. Obviamente ponemos límites, pero él ya sabe cómo
comportarse. Es muy natural para él", explica Silveira, quien publicó la
famosa foto.
"Es parte de su vida cotidiana, no hay nada extraño en esto", añade.
Cuando nació Tiago, sus padres estaban cuidando a tres cachorros de jaguar.
Sus viajes
incluían paradas para alimentar con biberón a los cuatro pequeños, que se
desplazaban con ellos en una camioneta.
El niño se
siente privilegiado por tener la experiencia de crecer con grandes felinos.
"Es una relación de amor y respeto. Siempre me gustó ayudar a mis
padres a cuidar de los animales".
Silveira le
enseñó a su hijo las mismas lecciones que le da al público en general con
respecto a los encuentros con jaguares.
"Estos
animales no tienen a los humanos como presa. Reaccionan ante nuestras acciones,
por lo que es importante respetarlos. Su lenguaje corporal te dirá si no
quieren que te acerques", dice el biólogo.
Límites
"Es crucial entender los límites. Cuando el
jaguar quiera proximidad, vendrá. No son animales sociales, pero crean vínculos de
por vida (con los humanos)".
La madre de Tiago dice que nunca hubo un incidente
entre el niño y los jaguares. También resalta que nunca dejó a su hijo solo con ellos.
"Siempre hemos sido muy cuidadosos con los jaguares y con cualquier otro animal. Nuestras reglas de seguridad son muy claras".
El refugio
La reserva
ocupa un área de unas 50 hectáreas propiedad de Silveira y Jacomo, que no
permiten el ingreso de visitantes, por respeto a los animales.
Crearon el IOP en 2002 y originalmente solo querían
estudiar a los jaguares, pero luego cambiaron de opinión con el pedido del
Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables para que criaran cachorros huérfanos.
En la
actualidad, la cría de jaguares ocupa la mitad de su propiedad.
Según Silveira, el 95% de las operaciones se financian con el dinero propio de la pareja y el resto proviene de donaciones.
"Para nosotros es una búsqueda eterna de ingresos, porque nunca recibimos financiamiento público", dice.
Actualmente, la familia cuida 14 jaguares,
incluyendo cuatro cachorros y ocho adultos. Y durante la última década,
atendieron a 35 animales.
A menudo
son enviados a otros institutos para ayudar con la reproducción y preservación
de la especie.
El jaguar es uno de los animales que integra la
Lista Roja de Especies Amenazadas de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Aunque están presentes en 21 países, se estima que Brasil alberga a casi la mitad de su
población, entre 20.000 a 30.000 animales.
Sin embargo, los ejemplares que llegan al IOP no se devuelven a la naturaleza por temor a que los humanos los maten, especialmente los granjeros que defienden su ganado.
Otra razón es que algunos de esos animales tuvieron contacto frecuente con los humanos.
"Es
muy difícil para estos jaguares perder este vínculo con los humanos. Si son
liberados, podrían regresar a lugares con una presencia humana y terminar
muertos", explica Jacomo.
Reencuentro
En el
último año, Tiago se separó de los jaguares porque se mudó a la capital del
estado, Goiania, para sus estudios de secundaria.
Y los
extraña.
"Es difícil para mí porque viví con ellos
desde que era muy pequeño. Cada vez que visito a mis
padres siento que los jaguares también me extrañan, juegan conmigo de una
manera diferente", dice.
"Es gratificante ver que todo el amor y el afecto que tengo por ellos es recíproco".
La foto que
se volvió viral fue tomada el 15 de noviembre de este año durante una de sus
visitas a sus padres.
A juzgar
por los deseos del niño, tal vez podamos ver algún día a algún nieto de
Silveira posando con los felinos.
"Quiero estudiar biología y seguir los pasos
de mis padres. Estamos tratando de salvar una especie y quiero continuar con
esta lucha", afirma Tiago.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario