La ficha policial de Pablo Escobar cuando fue detenido por primera vez
con cocaína
Un disparo en la cabeza concluyó con la vida de quien fue en su momento el hombre más buscado del mundo.
Sin
embargo, pese a los 25 años que pasaron, todavía se discute quién
apretó el gatillo para el balazo que liquidó a Pablo Emilio Escobar
Gaviria.
Son varias las teorías y atribuciones que se han
realizado sobre cómo fue la muerte de uno de los narcotraficantes más
famosos de la historia y algunas de ellas chocan con la "versión
oficial" contada por las autoridades colombianas en su momento.
El relato sostenido en ese entonces señala que fue un oficial de
policía el que acribilló al entonces líder del Cartel de Medellín, sin
embargo, desde otros bandos salieron narraciones tan distintas que van desde la autoría de paramilitares hasta un suicidio.
Lo
que se sabe de verdad es que el famoso Pablo Escobar murió el 2 de
diciembre de 1993, con 44 años recién cumplidos, en la ciudad que
convirtió en su refugio y trinchera.
Un cuarto de siglo después, en BBC Mundo te contamos cómo
fue la caída de quien era llamado El Patrón y que marcó a sangre y fuego
una década de la historia de Colombia.
1. La "historia oficial"
La
versión más difundida de la muerte de Escobar, relatada en decenas de
libros, series de televisión y películas es que fue dado de baja por el
entonces comandante policial Hugo Aguilar junto otros integrantes de las fuerzas de seguridad colombianas.
Este
controversial personaje llegó a ser teniente coronel, después fue
diputado, gobernador del departamento de Santander y fue condenado por
vínculos con el paramilitarismo en 2011.
Este año, en febrero, volvió a ser detenido de manera temporal por presunto enriquecimiento ilícito.
"Tomé
el radio y grité: 'Viva Colombia", cuenta Aguilar sobre el momento de
la muerte del narco en su libro "Así maté a Pablo Escobar" (2015).
El policía reivindicó así que él fue la persona que realizó los disparos que alcanzaron al narcotraficante.
El capo narco llevaba meses huyendo de la policía, las fuerzas armadas y un cuerpo élite conocido como el "Grupo de búsqueda".
Estados
Unidos envió agentes de la Administración para el Control de Drogas
(DEA, por su sigla en inglés) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI)
para ayudar a dar con el jefe del Cartel.
El gobierno colombiano había quedado
muy mal después de que, en 1992, Escobar y sus hombres se escaparon de
una cárcel sin mayores problemas.
El centro penitenciario La
Catedral fue el lugar donde el narcotraficante pasó menos de 13 meses
bajo detención negociada con las autoridades.
Esta prisión fue
reacondicionada por la misma gente de Escobar y por ello se pudo
constatar después que estaba llena de lujos y comodidades.
La policía colombiana después reveló que el capo pasó el tiempo allí entre juegos de fútbol, fiestas y visitas de su familia y socios en el negocio.
Encontraron
varias caletas (escondites para dinero y drogas) entre las paredes de
La Catedral, así como muebles finos, armas, equipos de sonido, pantallas
gigantes y camas de tres metros, entre muchas otras cosas.
Desde la desaparición de Escobar de allí, su búsqueda se declaró como prioridad nacional y el narcotraficante que empezó sus días en las calles del pequeño poblado de Rionegro, en el estado de Antioquia, se volvió el hombre más buscado del mundo.
Con
su esposa y dos hijos recluidos en un hotel de Bogotá y la mayoría de
sus hombres presos o muertos, no le quedó más opción que esconderse y
resistir en Medellín.
Cada vez más acorralado, cometió errores en sus intentos por sacar a su familia del país, que provocaron que fuera localizado.
Según
la "historia oficial", el mérito de haberlo encontrado y dado de baja
corresponde al Grupo de Búsqueda y los servicios de inteligencia
colombianos
2. Los Pepes
Los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar) fue una alianza entre los paramilitares y narcotraficantes enemigos del Cartel de Medellín.
Ellos
contaron una versión muy distinta durante todos estos años,
atribuyéndose en gran medida el mérito del ocaso del capo muerto hace 25
años.
Según algunos de sus miembros, que incluso escribieron
libros sobre ello, su papel fue crucial en el debilitamiento del cartel
que en su momento controlaba el 90% del tráfico de cocaína mundial.
Uno de los líderes de los Pepes, Diego Murillo, un paramilitar y narcotraficante conocido como Don Berna, asegura que la bala que perfora el cráneo de Escobar la disparó su hermano.
En su libro "Así matamos al Patrón" (2014), relata su versión de las últimas horas del capo narco y asegura que él presencio su muerte.
"Sus principales colaboradores habían sido dados de baja, otros estaban en la cárcel. El mensaje que enviamos los integrantes de Los Pepes fue contundente: quien le prestara ayuda al 'Patrón', moriría", narró Don Berna.
El
paramilitar, quien en 2008 fue extraditado a Estados Unidos por tráfico
de drogas, asegura que su organización mantuvo contactos con la policía
durante toda la etapa de búsqueda de Escobar.
Añade que fueron
Los Pepes quienes acorralaron y detectaron al narcotraficante más
buscado del mundo y no el "Grupo de Búsqueda".
"Sus movimientos
eran lentos debido al gran sobrepeso que tenía. Subió al segundo piso,
pues allí había una pequeña ventana que daba al techo de una casa
vecina. Pablo corría por el techo cuando mi hermano llegó a la ventana,
le apuntó y le disparó en la cabeza con su fusil M16 calibre 5.56.",
cuenta Don Berna.
El líder paramilitar contó que más tarde, ese 2 de diciembre de 1993, la cúpula de Los Pepes festejaría lo sucedido con vino francés cosecha 1948.
Otros
miembros de Los Pepes, en entrevistas a la prensa o testimonios
judiciales llegaron a decir que el disparo fatal lo hizo Carlos Castaño,
un conocido líder de las Autodefensas Unidas de Colombia.
3. Suicidio
Una de las frases más conocidas de Escobar es "preferimos una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos".
Con
esa consigna fue que el narco emprendió una sangrienta guerra contra el
Estado Colombiano y que convirtió a Medellín en la capital mundial de
los homicidios en la década del 80.
Su famoso lema también sirvió
para que se sostenga la hipótesis de que el traficante se suicidó en el
techo por donde intentaba huir cuando vio que no tenía escapatoria.
La
teoría de que Pablo Escobar se disparó en la cabeza es apoyada por los
familiares del narco, como su sobrino Nicolás Escobar, quien estuvo
presente en una exhumación de los restos de su tío y, mostrando el
cráneo perforado, aseguró que se trataba de un suicidio.
La
esposa, María Victoria Henao, y su hijo mayor, Sebastián Marroquín,
quienes publicaron libros sobre la vida del patriarca de la familia
también dejaron abierta la posibilidad de que así se haya producido el
deceso.
"Mi padre siempre nos dijo que el teléfono era sinónimo de muerte porque nos podían rastrear fácilmente y el día que murió nos llamó tanto, que me hace pensar que él quería que la Policía llegara y que quería morir en un combate. Es una manera también de suicidarse", indica Marroquín, cuyo nombre original era Juan Pablo Escobar.
El
funeral y entierro del exjefe del Cartel de Medellín fue acompañado por
cientos de personas en Medellín, la ciudad donde se hizo poderoso,
desde la que combatió con todo lo que pudo al Estado colombiano y en la
que pasó escondido y enfermo sus últimos meses.
Son infinitas las
historias que todavía circulan en esta urbe sobre la vida, excesos,
derroches y brutalidad del hombre que fue el más buscado del mundo.
Los relatos navegan entre la leyenda y realidad y no podía ser diferente con las narraciones del día en que cayó el Patrón.
La ficha policial de
Pablo Escobar cuando fue detenido por primera vez con cocaína. 20minutos
Este domingo se conmemora el 25 aniversario de la muerte de Pablo Emilio
Escobar Gaviria, el mayor narcoterrorista de todos los tiempos. El
líder del Cártel de Medellín murió en la ciudad que le vio nacer el 2 de
diciembre de 1993, a los 44 años de edad, de un disparo en la cabeza
mientras huía de las autoridades y de sus enemigos.
Según relata BBC, 25 años después, su fallecimiento sigue dando que
hablar ya que aún no se conoce con claridad quién disparó la bala que
acabó con su vida. Existen diferentes teorías, aunque la oficial afirma
que fue obra de la policía colombiana. Según esta versión, fue un agente
de policía el que ejecutó al capo de la droga.
Hugo Aguilar y el Bloque de Búsqueda
La declaración que las autoridades colombianas siguen defendiendo hoy en
día afirma que el verdugo del Patrón fue Hugo Aguilar, un comandante
policial que tras la muerte de Escobar, hecho que marcó su carrera en
las fuerzas de seguridad colombianas, se convirtió en teniente coronel,
después en diputado y, por último, en gobernador del estado de
Santander.
Sin embargo, la vida de Aguilar no siempre ha sido ejemplar, ya que fue
condenado en 2011 por vínculos con el paramilitarismo, y en febrero de
este año detenido temporalmente por presuntos enriquecimientos ilícitos.
La operación que acabó con Escobar se llevó a cabo por la policía, las
fuerzas armadas y un grupo específico formado para darle caza, el Bloque
de Búsqueda. Además, la DEA, Administración para el Control de Drogas
de EE UU, y el FBI, ayudaron a las fuerzas colombianas a encontrar al
líder del cártel.
Pablo Escobar ya había sido encarcelado años antes por el Gobierno
colombiano, pero bajo sus propias condiciones. Se construyó una cárcel,
La Catedral, que era prisión por fuera y mansión por dentro como se
descubrió después. En ella vivía Pablo junto a sus socios y sicarios, y
recibía frecuentemente las visitas de su familia. Tras esta burla de
Escobar, el Gobierno no podía permitirse fracasar más y su búsqueda y
captura se convirtió en la prioridad nacional.
Con la muerte y el encarcelamiento de sus sicarios y socios, las fuerzas
del capo se vieron muy reducidas, lo que le obligó a esconderse. El
Gobierno de Colombia aprovechó el mal momento del narcotraficante, e
impidió a su familia salir del país reteniéndola en un hotel de Bogotá.
La necesidad de llevar a su familia al extranjero para protegerla hizo
que El Patrón a cometiera muchos errores que hicieron que, finalmente,
fuese localizado y asesinado.
Perseguidos por Pablo Escobar
El líder del Cártel de Medellín se buscó muchos enemigos, por eso no es
una sorpresa que, meses antes de su muerte, se creara una alianza en su
contra. Los Pepes fue una alianza entre el grupo paramilitar
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), dirigido por los hermanos
Castaño, antiguos socios del capo y la cúpula del Cártel de Cali, que
siempre había querido acabar con Escobar.
El asesinato de Moncada y Galeano en La Catedral, por lo que Escobar
consideró una traición, firmó su sentencia. Diego Murillo, más conocido
como Don Berna, se reunió con los Fidel y Carlos Castaño y con los jefes
del cártel de Cali, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela. A estos, se
unieron los buscados por los sicarios de Pablo.
La necesidad de acabar con Escobar, llevó a las autoridades colombianas a
mantener contacto con Los Pepes, que cometieron brutales asesinatos
contra los que ayudaron al de Medellín. Tal y como afirma Don Berna en
su libro Así matamos al Patrón (2014), Los Perseguidos por Pablo Escobar
enviaron un mensaje: todo el que prestara su ayuda a Escobar, moriría.
En este libro también narra como fueron ellos los que encontraron y
acorralaron al capo, y además, que la bala que mató a Pablo Escobar la
disparó su hermano Rodolfo, alias 'Semilla'.
Por otra parte, otros miembros del grupo contra Escobar, han afirmado en
entrevistas posteriores que el autor del disparo fue Carlos Castaño,
uno de los líderes de las AUC.
Escobar se suicidó
Los familiares de Pablo Escobar siempre han defendido que el narco se
suicidó, entre ellos su sobrino Nicolás Escobar, que presenció la
exhumación de los restos de su tío.
En el cráneo del capo se podía ver un balazo en el lado derecho de la
cara, cerca del oído, que salía por la parte izquierda. El disparo se
realizó a una corta distancia, lo que contrasta con la versión oficial
ya que tanto Hugo Martínez, jefe del Bloque de Búsqueda, como Hugo
Aguilar, niegan que se realizara un tiro a bocajarro.
Su hijo, Juan Pablo Escobar, actualmente Sebastián Marroquín, afirmó en
una entrevista que su padre siempre decía que el teléfono "era sinónimo
de muerte porque nos podían rastrear fácilmente". Cuenta que el día de
su muerte les llamó tantas veces que ha llegado a pensar que "él quería
que la Policía llegara porque quería morir en un combate. Es una manera
también de suicidarse".
Esta teoría tiene su base en las principales consignas del Zar de la
Cocaína: "Preferimos una tumba en Colombia que una cárcel en Estados
Unidos", y "a mí nunca en la gran puta vida me van a atrapar vivo" como
se le ha escuchado en numerosas grabaciones del Bloque de Búsqueda.
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