En Liverpool, un taxista logró frustrar un atentado terrorista. El conductor pudo deducir lo que tramaba su pasajero: explotar una bomba en una ceremonia de la catedral anglicana de la ciudad, el pasado 14 de noviembre.
Los medios locales han identificado al "héroe" como David Perry. Según la alcaldesa de la ciudad, Joanne Anderson, el taxista logró salir del taxi y bloquear las puertas. Así evitó un "desastre absolutamente horrible”.
Con motivos del Día del Recuerdo, en el que Liverpool rememora los fallecidos en guerra, el camino a la catedral se encontraba cerrado y tuvieron un desvío hacia el Hospital de Mujeres.
Justo en frente del lugar, la bomba estalló y el conductor consiguió salir únicamente con heridas leves, antes de que el vehículo quede envuelto en llamas. El atacante murió dentro del taxi.
Además, resaltaron que aún no se tiene claro el motivo del atentado, sin embargo, se ha identificado que el artefacto detonante fue creado por el ejecutor del ataque, de acuerdo con el periódico The Guardian.
En la ceremonia se encontraban 2.000 personas que pudieron haber sido víctimas del atentado, según el diario Liverpool Echo. El servicio religioso culminó con un desfile militar por las calles que habían sido cerradas y sin tener una idea de lo que ocurrió frente al hospital.
Tras el incidente, la Policía Armada del Comando Antiterrorista arrestó a tres sospechosos de 21, 26 y 29 años en el sector de Kensington, en Liverpool. Algunas cuadras continúan cerradas y con oficiales de policía resguardando la zona de investigación.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, se pronunció en su cuenta de Twitter. Ahí mostró su apoyo a la ciudad, agradeció al servicio de respuesta de emergencia del Estado y aplaudió la gestión policial ante el posible atentado.
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