Por Rodolfo Sanz
Para completar el cuadro y casi de forma silenciosa llegaron los chinos. Más de un centenar entre técnicos y oficiales militares arribaron al país, para sumarse al contingente de rusos ya presentes en Venezuela. De nuevo la preocupación de los factores de oposición a Maduro, sobre todo, quienes desde hace más de dos años han invocado y trabajado sistemáticamente para provocar una intervención militar estadounidense en Venezuela.
Esta vez los comentarios han sido que los chinos trajeron sofisticados instrumentos tecnológicos para generar desde Venezuela una ciberguerra contra la nación estadounidense, como respuesta al ciberataque realizado contra nuestro sistema eléctrico.
Los más sensatos (dentro de lo que cabe en este término) han señalado que la presencia de los chinos tiene que ver con la estrategia de migración del sistema eléctrico nacional a la tecnológica china, como antídoto frente a los ataques del imperio.
Y los más guerreristas de todos, afirman que los chinos vinieron a sumarse a los planes de defensa militar, a preparar las condiciones para el emplazamiento de armas estratégicas que se sumarán a las que ya Rusia ha instalado en nuestro territorio.
Y de nuevo la pregunta elemental: de qué se sorprenden, por qué el asombro por la presencia china, si todos saben que Venezuela mantiene desde hace años una relación estratégica muy estrecha con esta potencia mundial?. Imagino que cuando lleguen los iraníes y los turcos, saldrán corriendo o se paralizarán por el terror que les causará.
De nuevo el mago que al desatar sus conjuros no puede controlarlos. La oposición guerrerista no termina de entender la significación de su accionar. Piensan que la invocación a la guerra de intervención es solo un juego de muchachos. Por tanto, no tienen conciencia de lo que han hecho y continuan haciendo con su errática política de guerra apegada a la estrategia estadounidense, nada más que convertir a Venezuela en el centro de la disputa geopolítica de las grandes potencias del mundo.
De esta dimensión es la irresponsabilidad histórica de esta inmadura oposición a la cual le han hecho comparsa viejos dirigentes de lo que alguna vez fueron partidos políticos de importante relevancia.
Como dijeran los viejos, “el mal ya está hecho“. Sépanlo dirigentes de la oposición guerrerista asociados al imperio, su política irracional de destrucción nacional como forma de llegar al poder del Estado, ha creado un escenario que las fuerzas chavista no buscan. Sí, China y Rusia están aquí en Venezuela porque son aliados estratégicos de la Revolución Bolivariana, y porque además tienen intereses de diversa naturaleza en nuestros país, así como ustedes quieren que solo esté el imperio estadounidense y prevalezcan únicamente sus nefastos intereses.
La diferencia entre su enfoque y el nuestro, es que las relaciones entre ambas potencias y Venezuela se plantean dentro de un marco de respeto a la soberanía y la independencia nacional, mientras la relación que ustedes establecen con el imperio estadounidense está basada en la sumisión política y la entrega absoluta de la soberanía, bajo el esquema de la destrucción material con la mira puesta en hacer de la reconstrucción un jugoso y tenebroso negocio.
A favor de China juega su tradición de Nación pacifista. La potencia asiática no tiene en su haber el historial de intervenciones de la potencia del norte de América. China trata a sus vecinos con benevolencia, incluso a quienes habitan antiguos territorios que le fueron arrebatados por las potencias hostiles a través de la guerra.
La expansión de China por todo el mundo se ha hecho con base en el comercio lícito, el desarrollo siempre creciente de su economía, y una política de relacionamiento que acepta y promueve la autodeterminación de las Naciones. Su intercambio comercial se basa en el concepto ganar-ganar, en la cooperación científica y tecnológica con desarrollo compartido.
La Doctrina del Renacer de la Gran Nación China difiere de las doctrinas del Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe. China no delimita ni se reserva el control absoluto de ningún territorio, ni siquiera en el sureste asiático donde los estadounidenses atizan conflictos territoriales.
China está conquistando al mundo de forma pacifica y silenciosa, utilizando la ciencia, la tecnología y su enorme poder diplomático. Mientras que los estadounidenses pretenden imponer su hegemonismo unilateral a fuerza de amenazas, sanciones y bombas destructivas.
Que los rusos y los chinos juegan a favor de sus propios intereses, es normal que lo hagan. Que no estén dispuestos a regalarle nada a nadie, por qué habrían de hacerlo. El problema no es solo determinar cómo actúan o deben actuar los demás países, el problema es cómo actuamos o debemos actuar nosotros. Que las grandes potencias, por la fuerza o a través de medios pacíficos, siempre intentarán que prevalezcan sus intereses está bien, hagamos lo propio para que prevalezcan los nuestros, y hagamos con inteligencia todo lo que debemos hacer para que así sea.
De nada valdrá vivir quejándose, o criticando lo que hacen los otros.
Es cierto que China observa a Venezuela como un punto estratégico por su posición geográfica y su potencial energético, para su despliegue hacia América del Sur, sobre todo, de los proyectos vinculados al desarrollo de la tecnología 5G y de la interconexión terrestre de toda esta vasta región. Está en nosotros los venezolanos, aprovechar con visión estratégica esta oportunidad y obtener el máximo provecho posible en función del desarrollo integral.
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