El señor Ramakrishna no fue el primero en
pensar en la idea de que el uso de cortezas de frutas sirve para purificar el
agua. En un anterior estudio de 2011, los
investigadores encontraron que las cáscaras de plátano también pueden ayudar a
eliminar los metales potencialmente tóxicos (como el plomo) del agua.
En el
estudio, la cáscara de plátano rápidamente eliminó el plomo y el cobre del
agua del río, así como, o mejor que la de muchos otros purificadores. La
purificación del aparato hecho de la cáscara fue reutilizada hasta 11 veces sin
perder su efectividad.
La Cáscaras de plátano también puede ser utilizada para purificar el agua potable contaminada con metales pesados tóxicos, como el cobre y el plomo, según un estudio, investigadores del Instituto de Biociencias de Botucatu en Brasil, se llegó a la conclusión de que las pieles pueden limpiar al agua también de metales como óxido de aluminio, celulosa y sílice, estos pueden tener efectos secundarios tóxicos.
El equipo sigue con trabajos previos que mostraron que las partes de otras plantas, tales como manzana y desechos de la caña de azúcar, el coco y las fibras de cáscara de maní, pueden eliminar las toxinas de agua. Estos materiales naturales contienen sustancias químicas que tienen una afinidad por los metales
Las pieles de plátano, desecadas y pulverizadas, al mezclarlas con agua contaminada la limpian de metales pesados. Una proporción de 5 ml por 100 de líquido es capaz de purificar en un 65% agua con moléculas de uranio, cadmio o níquel. Así lo asegura la doctora en ciencias químicas Milena Boniolo desde la Universidad Federal de São Carlos, en São Paulo.
Este barato sistema es posible porque los metales pesados tienen una carga positiva que les hace ser atraídos por las moléculas negativas del polvo de banana después de pasar una semana al sol para secarse. Si se repite el proceso, es posible purificar el agua completamente. Sólo en el Gran São Paulo, los restaurantes desechan semanalmente casi cuatro toneladas de piel de plátano, que si se recogieran podrían destinarse a limpiar aguas contaminadas industrialmente. Mientras, si se desecha, la piel de plátano tarda dos años en biodegradarse.
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